El psicólogo familiar o sistémico es el profesional de la psicología no sanitaria especializado en evaluar cómo de fuertes o débiles son los límites que unen y vinculan a las personas de un grupo familiar o sistémico. Se ocupa de las relaciones y las vinculaciones que mantienen entre ellas y si en estas uniones hay complementariedad o si hay amor condicionado o incondicional. También da una explicación a la comunicación paradójica, es decir, cuándo decimos una cosa con palabras pero estamos dando una idea contraria con los actos o el comportamiento, y este tipo de incongruencias en la comunicación es objeto de estudio dentro de lo que se denomina terapia de familia o de pareja.
Si sientes interés por este tipo de enfoque, te recomiendo que busques información sobre la teoría general de sistemas, de Bertalanffy (cuyo desarrollo tuvo lugar a partir de la segunda mitad del siglo XX), pero también sobre Gregory Bateson y los trabajos que abordó con su equipo a su equipo del Hospital de Palo Alto. De los discípulos de Bateson y de sus estudios sobre las familias esquizofrénicas, nacieron trabajos sobre el doble vínculo, también muy interesantes. Y ni qué decir tiene de Watzlawick, también deberías buscar información sobre él y sus aportaciones a la psicología para la cual el sistema es un todo.
Las funciones de un Psicólogo Familiar o sistémico
El psicologo familiar o sistémico se centra en el análisis detallado de la cotidianidad de estos grupos. Explora cómo varía el comportamiento de sus miembros según quién esté presente, el tipo de comunicación que prevalece entre ellos, y si existen patrones de violencia, negligencia o alianzas específicas. Este análisis puede revelar que, en ocasiones, lo que se percibe como un problema individual puede ser en realidad el reflejo de una disfunción más amplia dentro de la dinámica familiar.
- Por ejemplo, puede suceder que una pareja consulte por el comportamiento disruptivo de su hijo, solo para descubrir, a través de una evaluación sistémica, que el verdadero problema radica en la relación parental. Este enfoque revela cómo, en muchas situaciones, el foco de la intervención debe ajustarse hacia los verdaderos portadores del conflicto familiar.
¿Cómo ser psicólogo familiar o sistémico?
Para ejercer como psicólogo familiar o sistémico, existen dos rutas principales: la sanitaria y la de acompañamiento. La elección entre una u otra depende de tu formación y certificaciones. Si cuentas con formación especializada como el Máster en Psicología General Sanitaria (MPGS) o has completado el Programa de Internado en Psicología Clínica (PIR), puedes intervenir desde un ámbito clínico-sanitario. Sin embargo, si tu base es un Grado en Psicología complementado con estudios específicos en psicología familiar, tu rol se orientará más hacia el acompañamiento y la consulta, sin incursionar en el diagnóstico o tratamiento de trastornos mentales.
En este último caso, actuarías como un coach o consultor psicológico, facilitando a las familias la comprensión de sus dinámicas e interacciones para que puedan abordar sus problemas de manera práctica y autónoma. Tu labor incluirá aconsejar, psicoeducar e informar sobre estrategias que mejoren la convivencia y el entendimiento mutuo, siempre desde una perspectiva respetuosa y empática hacia la salud mental de los implicados.
Un psicólogo familiar o sistémico ofrece un enfoque revolucionario para entender y tratar las dinámicas relacionales humanas. A través de un examen profundo de cómo los individuos interactúan dentro de sus sistemas familiares y de pareja, este campo permite desentrañar la complejidad de las relaciones humanas, proporcionando claves esenciales para el bienestar emocional y psicológico. Al poner el foco en la comunicación, los vínculos afectivos y las pautas de comportamiento, los profesionales capacitados pueden guiar a las familias y parejas hacia una mayor armonía y comprensión mutua.
La formación en este ámbito prepara a los psicólogos para abordar una amplia gama de situaciones, desde la resolución de conflictos hasta el fortalecimiento de los lazos familiares, haciendo hincapié en la importancia de un enfoque holístico y adaptativo. Ya sea desde una perspectiva clínica o de acompañamiento, los psicólogos sistémicos juegan un papel crucial en la promoción de la salud mental y el bienestar de las comunidades.
Rasgos distintivos de la Psicología familiar o sistémica
Estructural o Estratégica: Dos Escuelas Dentro de la Psicología Familiar Sistémica
La terapia familiar sistémica se divide en varias escuelas, destacando entre ellas la estructural y la estratégica. La terapia estructural se centra en la organización interna de la familia, analizando y modificando las estructuras familiares para mejorar la funcionalidad del sistema. Por otro lado, la terapia estratégica se enfoca en cambiar patrones de comportamiento específicos dentro de la familia, utilizando técnicas que intervienen en la manera en que los miembros de la familia interactúan entre sí para resolver problemas. Ambas perspectivas ofrecen enfoques complementarios para abordar las complejidades de las dinámicas familiares.
La particularidad de la psicología sistémica conocida como la punta del iceberg
La psicología sistémica nos enseña a ver más allá de la conducta individual, sugiriendo que cada acción o síntoma es solo la «punta del iceberg». Bajo esta superficie visible yacen complejas redes de relaciones, patrones de comunicación y dinámicas familiares que configuran el comportamiento. Al profundizar en estas capas ocultas, los terapeutas pueden desvelar las causas subyacentes de diversos problemas psicológicos, ofreciendo una comprensión más rica y holística de las dificultades individuales y colectivas.
Esta perspectiva destaca la importancia de abordar no solo los síntomas aparentes, sino también las raíces sistémicas de los problemas. En la práctica, esto significa trabajar no solo con el individuo, sino también con el sistema familiar o relacional al que pertenece, buscando transformar las dinámicas disfuncionales en relaciones más saludables y resilientes. La psicología sistémica propone así una aproximación integral, donde el cambio terapéutico se orienta hacia la mejora de las interacciones y la comunicación dentro del sistema, facilitando un bienestar duradero para todos sus miembros.
Bibliografía recomendada sobre psicología familiar y sistémica
Para aprender técnicas de la terapia estructural, donde se examina y modifica la estructura interna de la familia para mejorar su funcionamiento, te recomiendo dos libros de Minuchin:
- Familias y terapia familiar, de Salvador Minuchin (ver).
- Técnicas de terapia familiar, de Salvador Minuchin y Charles H. Fishman (ver)
«Genogramas en la evaluación familiar», de M Mcgoldrick y R. Gerson, se enfoca en una herramienta utilizada en diversas formas de terapia sistémica, sin adherirse estrictamente a un enfoque estructural o estratégico, pero es fundamental en la evaluación dentro de estos contextos para entender las dinámicas y patrones familiares a lo largo de generaciones:
- Genogramas en la evaluación familiar, de M Mcgoldrick y R. Gerson (ver).
Finalmente, un libro muy recomendado para abordar la Psicología familiar o sistémica con un enfoque global, tienes el de Alicia Moreno:
- Manual de Terapia Sistémica: Principios y herramientas de intervención, de Alicia Moreno (ver).
Conclusiones
Si estás considerando especializarte en psicología familiar, prepárate para un viaje fascinante hacia la comprensión de las dinámicas humanas. Esta especialización te equipará para hacer una diferencia significativa en la vida de las personas al abordar los problemas desde sus raíces sistémicas, promoviendo relaciones más saludables y resilientes. Es un campo desafiante pero enormemente gratificante que requiere una combinación de empatía, curiosidad y compromiso con el bienestar de los demás.